Casas Viejas, pequeña aldea, va a pasar del más puro anonimato a ser conocida en todo el mundo,
después de los Sucesos de 1933, convirtiéndose así en símbolo de las libertades anarquistas y
un emblema-símbolo para el movimiento campesino.
El año 1933 presagiaba negros acontecimientos.
El terrorismo y el ambiente de violencia se extendía por toda España.
En los últimos meses de 1932 fueron
frecuentes los crímenes políticos y los encuentros sangrientos entre afiliados
a distintos partidos.
Al comenzar la II República en España en 1931, el nuevo gobierno puso en marcha una Reforma
Agraria para dotar de tierras a los campesinos sin propiedad llamados jornaleros o yunteros,
sin embargo, la falta de fondos para indemnizar a los latifundistas hace que la ley
aprobada en 1932 sea excesivamente lenta. La inquietud social y la protesta de la
izquierda por este retraso fue la causa del alzamiento anarquista que acabó con los
sangrientos sucesos de Casas Viejas (Cádiz).
A principios de enero de 1933 la CNT comienza a preparar una huelga proletaria a nivel nacional que
comenzaría en las grandes ciudades y se extendería como un regero de pólvora por todo el territorio
español.
Dicha insurrección fracasa en las grandes ciudades y las zonas rurales quedan a la espera de
comenzar o no. La revuelta de Casas Viejas queda al tanto de las noticias provenientes de Medina Sidonia,
pero el aislamiento y marginación tradicional hacen que los insurrectos de Casas Viejas comiencen un
levantamiento solitario, proclamando el comunismo libertario, debido a ello la mayor repercusión que alcanzaría la insurrección anarquista,
sería en esta aldea gaditana, pedanía de Medina Sidonia, poblada por unas tres mil almas,
en su mayoría jornaleros reducidos a la miseria en la que había penetrado, como en el resto de
Andalucía, el viento libertario que conmovía la atmósfera española en los años anteriores a la Guerra
Civil. (El teléfono o el más moderno fax hubieran evitado los muertos que le dieron a Casas Viejas la inmortalidad.)
Armados con palos y escopetas, se reunieron en la plaza del
pueblo, proclamaron el comunismo libertario, destituyeron al alcalde pedáneo e instaron a no resistirse a
los cuatro guardia civiles que había en el pueblo, se dirigen entonces al cuartel de la Guardia Civil, donde se produce la primera víctima y
los intercambios de balas. Rápidamente los insurrectos se van a la sierra y llegan refuerzos de la Guardia Civil
y la Guardia de Asalto, todos ellos al mando del capitán Manuel Rojas . Estos últimos llegan con órdenes expresas de sofocar la insurrección.
Se produce la búsqueda de los revolucionarios casa por casa, sin encontrar a nadie, hasta que se llega hasta
la choza del viejo Seis Dedos (carbonero) el cual no había participado en la revuelta, pero había decidido proteger a su
familia dentro de la choza. La posterior quema de la choza por órdenes del Capitán Rojas y con ello la muerte
de todos los refugiados en la choza (salvo dos supervivientes) sólo fue el inicio de una cruel represión posterior
en toda la aldea.Antes de comenzar el fuego ya habían muerto dentro el anciano Seisdedos y su hijo Perico.
El incendio acabó con la vida de otras cuatro personas: Paco Cruz (también hijo de Seisdedos),
Manuela Franco, Manuel Quijada y Jerónimo Silva; antes habían ametrallado a Manuela Lago,
de 17 años, y Francisco García, de 18. Serían las tres de la madrugada. El pueblo enmudeció de nuevo.
Los guardias pasaron por la fonda y comieron y bebieron. La masacre se saldó con 22 muertos entre
asesinados y quemados vivos. Con la "izquierda" pactaron la Ley del Silencio. Incluso al pueblo le quitaron
su nombre para que nadie pudiese recordar. Casas Viejas pasó a llamarse Benalup.
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Choza de Seisdedos. |
Recomiendo este documental: http://www.youtube.com/watch?v=s-QaP14dWP8
ALBA RÍOS MOGUER.
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